Evitamos discusiones… Dejamos de expresar lo que nos hace falta… Retenemos el llanto… Nos falta más determinación … Alargamos y postergamos decisiones importantes… Olvidamos los pactos… Nos olvidamos de las promesas que adquirimos bajo una emoción… Nos desconectamos de lo real… Nos falta ser más empa … Nos molestan las injusticias pero somos injustos… Hacemos descargos con mentiras… Engañamos al mundo… Repetimos historias que nos hicieron mucho daño… Evitamos desenlazar conflictos, pero los iniciamos cuando nos conviene… Y así sucesivamente, hasta cuando vamos a poner límites a eso específico que nos ha atormentado durante años? Meses? Semanas? Días? No sabemos cuánto sea nuestra misión aquí en esta vida! Intenta que el tiempo apremie cada cambio y que tu vida sea diferente a partir de hoy, retoma lo que quedó inconcluso y cámbialo! “Un minuto de silencio por aquellas cosas que sólo Dios sabe su final”
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